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Solidaridad

Hace demasiado tiempo que no escribo y esta vez no lo voy a hacer sobre temas exclusivamente profesionales. En esta ocasión se combinan lo profesional y lo personal.

Periódicamente colaboro con dos fundaciones con objetivos diferentes:

La Fundación Adelias está centrada en temas sanitarios relacionados con niños del norte de Marruecos. Realiza diferentes tareas, aunque quizá la más llamativa sea el llamado Pasillo Verde, que –con ayuda de Sanitas- ha creado con el fin de dar la oportunidad de mejorar su calidad de vida a niños con graves enfermedades, sobre todo cardiopatías que limitan sus posibilidades de llevar una infancia normal.

Desde hace unos meses (ya he perdido la cuenta) colaboro también con la Fundación Almenara. Esta fundación enfoca su actividad hacia la educación de niños y jóvenes en países como Perú, Bolivia y Ecuador, dándoles oportunidades y una formación a la que de otro modo no tendrían acceso.

Hace aproximadamente un año, la Fundación Almenara comenzó una nueva línea de actuación: el Proyecto Becas, consistente en dar soporte terapéutico individualizado a niños con discapacidad motora o intelectual con el objetivo de favorecer su desarrollo. Los niños becados, pertenecientes a familias con medios limitados se habían quedado sin acceso a las ayudas como consecuencia de la crisis económica.

Debido a que la Fundación Almenara se sostiene principalmente gracias a fondos propios, sus recursos son limitados y no pueden llegar a tantos niños como realmente quisieran.

Esto lo supe debido a mi relación con algunos de los patronos de la fundación, por lo que les planteé la posibilidad de publicar un libro de cuentos con la finalidad de recaudar fondos para la fundación y al mismo tiempo dar a conocer ésta.

Reunir un grupo de escritores e ilustradores de primera línea, no ha sido fácil. De hecho, el mérito es claramente de los patronos y amigos de la fundación que se han involucrado activamente en el proyecto.

Mi trabajo era darle forma. Y me he divertido. Muchísimo. Desde el principio sabía que me iba a gustar hacer este trabajo. De lo que no tenía la menor idea es de lo mucho que me iba a entusiasmar llevarlo a cabo.

El libro ha quedado precioso gracias al esfuerzo y dedicación del equipo que ha trabajado en él e indudablemente gracias a la calidad del material aportado. Deberíais comprarlo: no solo ayudareis a una  buena causa, sino que tendréis algo único entre manos.

Otra cosa que he descubierto es que la solidaridad o cooperación, como prefiráis, es satisfactoria. A nivel intelectual lo sabía, obviamente. Tampoco es que jamás haya movido un dedo por nadie…. Pero lo cierto es que hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien conmigo misma. Y probablemente no me hubiera dado cuenta del porqué (soy así de poco introspectiva), si Samira Brigüech, presidenta de Fundación Adelias, no me hubiera llamado la atención sobre el hecho.

En resumidas cuentas: la solidaridad activa es buena para quienes ayudas, pero también es muy gratificante para ti. y además, he leído por ahí que incluso es buena para la salud….

2 respuestas a Ser solidario es una gozada

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